Ahora que "La bondad de los extraños" bajó de cartel por esta temporada (esperemos que no por mucho tiempo), me permito publicar aquí la versión completa del volante que se entregaba en el teatro al terminar la función y, luego, una serie de reflexiones más o menos hilvanadas, que pretenden explicar el por qué de mi mirada sobre Blanche Dubois, a raíz de comentarios y preguntas que me han llegado sobre el texto. Aprovecho para compartir aquí algunas de las fotos que sacó Alejandro Persichetti de la obra.
La mutilación genital
femenina
La Mutilación Genital Femenina,
(MGF, o FGM, según su sigla en inglés) es, en definición de la OMS, el o los
procedimientos que, de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o
lesionan los órganos genitales femeninos. La MGF es reconocida
internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres y
niñas. Refleja una desigualdad entre los sexos muy arraigada y constituye una
forma extrema de discriminación de la mujer. Es practicada casi siempre en
menores y constituye una violación de los derechos del niño. Asimismo, viola
los derechos a la salud, la seguridad y la integridad física, el derecho a no
ser sometido a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes, y el derecho
a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte.
La mutilación genital femenina
se clasifica en cuatro tipos principales:
1.
Clitoridectomía: resección parcial o total del clítoris (órgano pequeño,
sensible y eréctil de los genitales femeninos) y, en casos muy infrecuentes,
solo del prepucio (pliegue de piel que rodea el clítoris).
2.
Escisión: resección parcial o total del clítoris y los labios menores, con o
sin escisión de los labios mayores.
3.
Infibulación: estrechamiento de la abertura vaginal para crear un sello
mediante el corte y la recolocación de los labios menores o mayores, con o sin
resección del clítoris.
4. Otros: todos los demás
procedimientos lesivos de los genitales externos con fines no médicos, tales como
la perforación, incisión, raspado o cauterización de la zona genital.
Si bien se trata de prácticas
asociadas al África y ciertas regiones de Asia, hoy sabemos que esos métodos se
han empleado, y se emplean, en países occidentales. En buena parte eso se debe
a la inmigración, pero también a que en el siglo diecinueve muchos médicos,
ingleses sobre todo, llegaron a la conclusión de que esos “procedimientos”,
solucionaban variados problemas en las mujeres, entre ellos, la histeria. En
Inglaterra la práctica se llevó adelante hasta principios del siglo veinte e
incluía, en muchos casos, la extracción del útero y los ovarios. En Estados
Unidos se hizo hasta mediado el siglo veinte, para “curar” la histeria, y,
mucho más comúnmente de lo que cualquiera esperaría, para desalentar la
masturbación. De hecho muchos seguros médicos, contemplaban la
técnica entre sus servicios y cubrieron los gastos de estos “tratamientos”
hasta entrados los años setenta. No se sabe con certeza cuántas niñas fueron clitoridectomizadas
para que no se masturbaran. Recién desde hace unos pocos años el tema se está
poniendo en el tapete y muchas de esas mujeres, operadas en los cuarentas,
cincuentas y sesentas, se están animando a hablar y a compartir sus
experiencias. Algunas organizaciones feministas, de derechos humanos y pro
equidad, ocupadas en la denuncia de esta realidad aberrante,
aseguran que se registran casos hasta el año 1996. Y estamos hablando de, en su
gran mayoría, mujeres blancas, occidentales y cristianas.
Entre los efectos psicológicos
de la ablación del clítoris están la depresión, la psicosis y la incontinencia
sexual. También es interesante saber que una más que importante cantidad de los
casos se registran en el sur de Estados Unidos. Desde
esta perspectiva, la Blanche Dubois de Tennessee Williams calza perfectamente
en un diagnóstico y realidad de este tipo. Cabe preguntarse si su creador no
sabría más de su personaje que lo que nos contó en “Un tranvía llamado deseo”.
¿Por qué Blanche?
Blanche es, en realidad, un
misterio. Una lectura objetiva de “Un tranvía…”, por fuera de la empatía que
nos genera su personaje principal y que
nos llena de impresiones acerca de cómo se siente, cómo vive las cosas y las
cosas que añora (que pueden ser ciertas o no), nos deja con más preguntas que
certezas. En todo caso, la única fuente confiable que hay en la obra acerca del
pasado de Blanche es su hermana Stella, gracias a la cual confirmamos la
existencia de Belle Rêve y poca cosa más, como por ejemplo que Blanche era,
cuando niña, un ser adorable. Por lo demás, Blanche puede estar inventando todo
en forma flagrante, ya que desde el vamos la psiquis de la pobre es muy frágil,
y el genio de Tennessee es tan poderoso que logra que nos identifiquemos tanto
con el sentir de Blanche, que no cuestionamos su decir. Así que, para empezar,
“La bondad de los extraños” sería, más bien, un “imaginar” un posible pasado y
un posible futuro a partir de lo muy poco que sabemos de Blanche en realidad. También tiene que ver con lo que creo una necesaria revisión de los mitos, en este caso Blanche Dubois que es, con seguridad, un importante mito contemporáneo. Porque Blanche es mito e icono, no hay duda. Para hacerlo y sostener mi idea tuve que atenerme estrictamente a lo escrito
por Tennessee. Pero ya volveré sobre esto último.
Este imaginar del que hablaba viene
de una muy amplia investigación que comenzó en el 2012 durante la creación de
"SEIS, todos somos culpables", investigación de la que surgieron
muchos de los temas tratados en mis producciones posteriores. Uno de ellos fue la mutilación genital femenina (MGF) como
una cuestión solapada que afecta a mujeres de muchas partes del mundo y no circunscrita,
como todos creíamos, al África y algunas zonas de Asia asociadas al Islam. No:
también se ha practicado en el mundo occidental, por parte de médicos
occidentales y por razones médicas y no culturales. Investigando específicamente el tema y los
efectos psicológicos de la MGF en mujeres blancas, occidentales y cristianas, se
puede llegar a la conclusión de que Blanche Dubois reúne en sí misma muchos de
los padecimientos psicológicos provocados por esta práctica. La verdad,
demasiados como para no hacerse la pregunta. “La bondad de los extraños” es,
entonces, también una pregunta.
Respecto al proceso de escritura
de la obra en sí misma, partí del único dato fiable con el que contamos acerca
del pasado de Blanche: Belle Rêve. Belle Rêve, es una plantación del sur de
Estados Unidos. Las plantaciones, muy parecidas a los latifundios de cualquier
lugar del mundo, contienen a toda una sociedad con sus propias normas.
Existe una forma de ver la vida
desde la plantación y hay un sistema de "castas" vinculado a las
plantaciones. Pensemos que Louisiana y Mississipi son de los estados que más se
opusieron a la abolición de la esclavitud. El sur de Estados Unidos es,
sociológicamente, muy singular, y todo eso se potencia en las plantaciones. La
mezcla de culturas, por ejemplo. En Nueva Orleans conviven Francia y África con
toda una serie de estados intermedios que van de lo crèole (la mezcla de
culturas más asociada a las ciudades) a lo cajun (la mezcla de culturas
vinculada al campo). Esas características se mezclan un poco anárquicamente por
todo el sur, pero tienen su manifestación más evidente en el Mardi Gras, el
carnaval de Nueva Orleans, durante el cual las barreras de lo social se vuelven
difusas por la carnavalización, entendida según Bajtin, de la festividad.
Pero volviendo a las
plantaciones, éstas conformaban una sociedad por demás endogámica: las grandes
familias sólo se relacionaban entre ellas y, como ha ocurrido siempre a lo
largo de la historia, al menos hasta la primera mitad del S XX (aunque sigue
ocurriendo), la mayoría de los matrimonios entre herederos de las plantaciones
eran de conveniencia. Hay toda una cultura del no decir en esas zonas de
Estados Unidos porque decir, a veces, implica reconocer verdades vergonzosas.
La estructura rígida y de profundo control social de los habitantes de las
plantaciones, se basa tanto en las manifestaciones de poder de los propietarios
como en el "no decir" de todos. Ya sabemos que, machismo y
patriarcado mediante, la fidelidad no era (ni es) una virtud estricta para los hombres, ante lo
cual las mujeres debían callar. Podemos, por ejemplo, pensar en la violación de
esclavas negras por parte de sus dueños blancos, esclavas que tenían hijos de
sus patrones pero que, por ser hijos de negras se convertían en esclavos como
sus madres, y si además, considerado todo desde esta perspectiva, nos ponemos a
pensar en los incestos involuntarios que habrán ocurrido en las plantaciones producto
de las convivencias forzadas entre patrones, esclavos y empleados, y debido a
esa estructura rígida que se sostenía en el no decir, en el hacer como si nada
pasara, podemos darnos cuenta de que el fondo del asunto es muy sórdido.
De ese ámbito de sordidez en el
que no se dice pero todos saben es que viene Blanche Dubois. Las plantaciones
tal vez se veían hermosas pero, es un hecho, escondían secretos inconfesables.
Hoy día muchas de esas plantaciones son museos y han abierto sus puertas a los
turistas para mostrarles, justamente, esta colección de horrores. Es de ahí que
viene Blanche Dubois y de donde se escapó, justo a tiempo, Stella, su hermana:
de la familia dueña de una plantación, no de una familia de la ciudad o
cualquier familia de cualquier lugar, pobre, clase media, o incluso clase alta.
No, viene de una familia propietaria de una plantación. Y esas diferencias
Tennessee las sabía. Tennessee sabía de dónde hacía provenir a Blanche y por
eso le hace decir lo de las “épicas fornicaciones” de abuelos, padres y tíos, a
raíz de las cuales se perdió Belle Rêve. Creo firmemente que a esa explicación
de Blanche hay que entenderla literalmente, dado el contexto al que se refiere.
Porque, al igual que en todo el mundo y como dice la Blanche de mi obra “los
hijos bastardos se silencian con tierras”. Y esa es una realidad que ha sido histórico
alimento argumental de la literatura y, muy especialmente, las telenovelas. Los
hijos bastardos se silencian con tierras, se los ignora o se los mata, y las
mujeres son una posesión más de los hombres, a tal punto que, en los casos más extremos, ni siquiera pueden tocarse sin permiso.
Ya en todo lo
anterior tenemos una clave para entender la “fragilidad” de Blanche, que, a mi
entender, no es tan así, al fin y al cabo ella logró hacerse profesora, ganar
su propio dinero y también, mientras pudo, llevar el timón de Belle Rêve,
lidiando con las personas que aún vivían allí. Lo más probable es que el
problema de Blanche sea, en todo caso, de adecuación. Es una de las últimas
representantes de un tiempo pasado, en conflicto con lo nuevo que se instala
sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, luego de la cual el mundo
entero se reconfigura. El “Tranvía” ocurre poco después del final de la guerra,
hay dos mundos en pugna y Blanche, pobre,
no encaja en ninguno de los dos. Un mundo de represión, silencio y
violencia (la plantación) y un mundo donde las pasiones se viven con libertad
(el barrio donde vive su hermana). Cualquiera de los dos presentan peligros
para Blanche.
Así que tenemos todo ese
antecedente y luego están los síntomas de Blanche, que terminan, para mí, de
hacer posible la idea de una Blanche que pasó por una MGF. Creo que no se deben
tomar a la ligera los datos que Tennessee no da, como por ejemplo, la calidad de
los orgasmos de Blanche. Nunca se habla de los orgasmos de Blanche. Nunca
Blanche dice si le gusta o no hacer el amor. Si le da placer o no. Ella obvia
el tema completamente. Pero sabemos que se ha acostado con muchos hombres,
porque ella misma lo dice: habla de sus múltiples “intimidades” con extraños, y
también con los soldados de un campamento cercano, cuando aún vivía en Belle
Rêve. Aunque fuera por razones emocionales, lo que ella describe califica como
“incontinencia sexual”. Buscaba protección, claro, pero eso no quita lo sexual. Y la incontinencia sexual es
un síntoma que exhiben muchas de las mujeres que han pasado por la MGF. En fin:
en el relato de Blanche hay muchos hombres pero ningún placer. Nunca se plantea
la felicidad de estar con todos esos hombres, ni siquiera alguna clase de
alivio. Al contrario, hay frustración. Uno podría pensar que esa frustración es
pura y exclusivamente espiritual, pero el ambiente de "Un tranvía..."
es demasiado sexual como para no tomar en cuenta la posibilidad. Ahí anda
Kowalski, todo el tiempo en musculosa, en el calor húmedo de Nueva Orleans y encima con la cara y el lomo de Marlon Brando, que fue el primer Kowalski en el teatro y quien lo llevó al cine.
Otro de los síntomas, la
depresión, es evidente desde el principio en Blanche. Ella no logra, de ninguna
manera, escapar de la tristeza. Y después está la psicosis: Blanche hace un
esfuerzo por habitar un mundo que pertenece a su imaginación, y lo dice,
“¡Quiero magia!”, pero es un mundo que no tiene asidero en la vida real. En ese
sentido, prácticamente vive en una alucinación. Y, de hecho, termina en un
estado de alucinación, en el que lanza su célebre frase “Whoever you are- I
have always depended on the kindness of strangers”. La traducción de esta frase
siempre presenta dificultades. Nunca nos ponemos ni nos pondremos de acuerdo en
qué es lo correcto, si “depender” o “confiar”, sobre todo porque siempre leemos
esa frase desde nuestra propia sensibilidad y desde lo que sentimos en torno a
"Un tranvía..." y sus resonancias en nuestras propias vidas.
Hay
varias bibliotecas al respecto de la traducción. Puede ser "confiar”,
porque existe la expresión “to be dependable” que es “ser confiable”. En un
inglés de cierta época, más elaborado, culto y hasta poético, lo más probable
es que quisiera decir “confiar en”. Y como estamos hablando de Blanche, que es
profesora de lengua y literatura inglesa, es muy culta y viene además de un
contexto bilingüe (Blanche, como seguramente toda su familia por una cuestión
histórica y geográfica, habla inglés y francés), me inclino a pensar que está
diciendo “confiar en”, porque además tiene más que ver con lo que le ocurre a
ella históricamente: confía en personas que siempre terminan haciéndole daño,
empezando por los hombres de su familia que tienen un más que errático
comportamiento sexual y que, debido a ese comportamiento, la dejan sin nada. Pensando
en la plantación y las acciones de estos hombres y desde un punto de vista
psicológico, Blanche, y hasta la propia Stella, pudieron ser violadas por
cualquier integrante de su familia. ¿De qué se escapó Stella? Seguramente no
sólo de la decadencia de la plantación. En cualquier caso, Stella tiene, es evidente,
una capacidad resolutiva que Blanche no.
Volviendo a la mutilación
genital, Tennessee Williams conocía muy bien a las mujeres del sur. Y es en el
sur de EEUU donde se contabilizan la mayor parte de casos de mutilación, (hecho
vinculado, seguramente, a que el sur de EEUU sostuvo la esclavitud todo lo que
pudo), así que no sería raro pensar que él pudiera saber que esa práctica se
llevara adelante. Si pensamos que, sobre todo en el S XX, en el mundo
occidental, se hacía para curar la histeria y evitar que las niñas se
masturbaran, hay que hacerse la pregunta: ¿qué habría ocurrido si hubieran
descubierto a Blanche masturbándose cuando niña? Bueno, ahí la tenemos, víctima
de una educación rígida que confina a todos a la soledad, porque nada se dice
ni se comparte, víctima de la aplicación de valores tan rígidos como
hipócritas, víctima inocente de unos cuidados excesivos llevados al extremo en
pos del qué dirán que la convierten en un ser incapacitado para la vida en un
mundo en constante cambio. Eso funciona en “Un tranvía llamado Deseo”, y aplica
perfectamente para "La bondad...", donde además está Collins, el
médico, mostrando lo mismo desde la perspectiva de un homosexual de clase alta en
ese entonces y en ese contexto social.
Lo otro importante es saber que
en un caso como el de Blanche, que al final de “Un tranvía…” queda tan próxima
al delirio, el tratamiento psicológico indicado, en aquel entonces, hubiera
sido, sí o sí, el electroshock. A una persona en ese estado de depresión, "chichoneando"
con la psicosis, la hubieran sometido a electroshocks y baños en agua helada,
ya fuera en bañera o con manguerazo de agua a presión. Incluso podría llegar a
ser lobotomizada (como la hermana de Tennessee), tratamiento muy popular en la
primera mitad del siglo XX. Esos eran los tratamientos indicados para esas
dolencias y lamentablemente no se salía entero de ellos. Sin dudas ese fue el destino de Blanche
después del Tranvía, donde la van a buscar, aunque no la usen, con una camisa
de fuerza, y donde Tennessee se toma la libertad de introducir un elemento muy
inverosímil como es el hecho de que el médico se lleve a Blanche del brazo. En
cualquier caso, la mayoría de las veces era peor el tratamiento que la
enfermedad y hay que saber que, en todas las épocas, las mujeres incómodas
terminan en conventos o en hospitales psiquiátricos, internadas por sus propias
familias. La historia está tapizada de ejemplos vergonzosos. Uno de los más
famosos es, sin dudas, el de Camille Claudel. Así que, vuelvo a decir, el
devenir de Blanche que se plantea en “La bondad de los extraños”, es uno muy
plausible para la época y la situación.
Todo esto viene a cuento de que,
en realidad, no sabemos qué es todo lo que Tennessee calló. Seguramente calló muchas
cosas de la misma manera en que callaba muchas cosas de sí mismo, como hacemos todos. Y también viene a propósito de que
la mayoría de nosotros, lectores y amantes del teatro, solemos quedarnos con lo que Blanche dice en "Un Tranvía...", sin preguntarnos por el antes y el después, cuando en realidad Tennessee dejó tantas puertas abiertas. Lo que hice con “La bondad…” es plantear una
posibilidad. Hay muchas cosas que no sabemos en cuanto a lo que Tennessee
sintió, pensó, dijo y no dijo a la hora de escribir “Un tranvía…”. Me han dicho que Blanche es una proyección
del propio Tennessee, y que sólo por eso la mutilación genital femenina de
ninguna manera puede entrar en esta ecuación. Pero no me alcanza considerar que Blanche es un reflejo del propio Tennessee y leerla sólo desde ese lugar.
No, porque todos los personajes son reflejo de quien los escribe. Cada
personaje que escribo es mi propio yo mirándose a través de cristales
diferentes, yo observándome, incluso
aunque no me dé cuenta en el momento de escribir. Así que Tennessee será
Blanche, sin duda, pero también es el Kowalski que la viola y además es el que
los escribe a ambos sabiendo que los está escribiendo. Es decir, es posible que Tennessee se sintiera más
identificado con Blanche, pero eso no lo hace menos Kowalski. Todo es un juego
de espejos múltiples muy peligroso a la hora de interpretar. ¿Con cuál Tennesse
deberíamos quedarnos? ¿Con el frágil o con el violento y violador? Porque todos
ellos han escrito la obra. He optado por atenerme a lo objetivo, bajar a
Blanche de la poesía y ponerla, por un rato, en el mundo real para observarla
desde esa amplitud. "La bondad de los extraños" es una construcción fundamentada
histórica y psicológicamente a partir de los pocos datos reales o, mejor dicho,
con eco en la realidad, que Tennessee da
sobre Blanche y sus circunstancias. Es la búsqueda de una posible secuencia
lógica entre un momento anterior a "Un tranvía...", el "Tranvía..."
propiamente dicho y un después de éste. Pero no se trata, de ninguna manera, de
una reescritura. No, porque mi construcción no afecta, en realidad, el
desarrollo de "Un tranvía...".
Blanche sigue sintiendo lo que sintió, aunque quizás en "La Bondad..." sea
un poco más sabia y logre entender por qué algunas cosas ocurrieron como
ocurrieron y pueda perdonar y perdonarse e intentar enmendar algún error en la
figura del médico, Collins, dándole, y dándose, "permiso" para amar.
Me han dicho que "Un
tranvía llamado deseo" no tiene absolutamente nada que ver con la
mutilación genital femenina. Y es verdad, por eso "La bondad de los
extraños" no ocurre dentro de "Un tranvía...". Pero en ningún
lugar consta que no haya podido ocurrir antes o después y, por más icónica que Blanche
sea, yo tengo derecho a plantearme la pregunta y utilizar la pregunta para crear un universo nuevo. Por alguna razón asusta mucho
la idea de una Blanche clitoridectomizada. Es posible que se deba a que hay una
suerte de vicio de "identificarse" con Blanche. Sobre todo porque a todos nos
gusta su muy sonora y trágica frase frase final, pero reducir a Blanche Dubois
a una frase dicha momentos antes de salir de escena es bastante frívolo, creo
yo, si uno piensa que la pobre se la pasó sufriendo durante toda la
obra y que seguramente siga sufriendo luego de la obra y haya sufrido antes. De
todos modos, "La bondad... " no es sólo sobre Blanche y sus
circunstancias ni sobre la MGF exclusivamente. También es sobre el destino de
algunas mujeres, sobre ser gay en contextos poco amigables, sobre la vida en
los hospicios psiquiátricos femeninos, sobre algunos prejuicios que aún nos
encarcelan, sobre el miedo a ser libre, a decir, a vivir, y sobre la
posibilidad de que aún en el peor de los escenarios pueda uno encontrar una luz
de esperanza por pequeña que sea.
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