miércoles, 23 de agosto de 2017

Viene siendo un disparate



Debe ser una especie de histeria colectiva pero, la verdad, no entiendo qué les pasa a los conductores y periodistas de la tele que parecen del todo incapaces de ser simples y correctos en el hablar. Simpleza y corrección, que suelen ser las mejores maneras de expresar una idea con claridad, pero no, todo es de un barroquismo exasperante que resulta en estupidez, claro, porque si vas a adornar al pedo nadie piensa en lo lindo que hablás sino en lo estúpido que sonás.
Son incapaces de decir, por ejemplo "Estamos en la esquina", no, tienen que decir "Estaríamos en lo que sería la esquina". No dicen "esa es la casa que robaron", dicen "esa sería la casa en la que habría ocurrido lo que sería el robo" o "estoy en lo que es la calle Sarandí". No, tontita/o: estás en la calle Sarandí. O, incluso peor: "estoy en lo que sería la calle Sarandí"... ¿Perdón? ¿Estás en lo que sería la calle Sarandí si no fuera cuál? ¿8 de octubre? ¡Ay, gordo/a! ¡No te entiendo! ¿Dónde querés estar? ¿Dónde estás? ¡Por favor decime dónde estás!
Recién en el 12 una de las panelistas se mandó una frase muy larga en ese estilo. Pero que muy larga, ¿eh? No la puedo reproducir aquí porque no logro recordar toda la secuencia de palabrerío al santo botón que escuché mientras organizaba platos recién lavados en el escurridor. Observo que además del abuso irrestricto del condicional, también se exceden con el empleo de "en la/lo/el cual/que", muchas veces haciendo caso omiso de la necesaria concordancia de géneros. Por ejemplo: "esa es la casa en lo cual". ¿Cómo? ¿Te estás escuchando? Una cosa es, quizás, que te sientas confundido/a por lo del lenguaje inclusivo y te pierdas un poco, pero esto otro es pavada. Y no olvidemos que las cosas, en la tele, nunca "son" sino que "vienen siendo". El delincuente viene siendo buscado, el caso viene siendo investigado y el herido viene siendo asistido. Tremendo. Ya no hablemos de la conjugación infame de algunos: "me encantó que vengas". Esas malas conjugaciones me llevan al borde de la desesperación.  ¡Se dice "me encantó que vinieras", inútil! ¡Hablá bien, carajo! ¡Sos un comunicador! ¡Tu presencia en la tele tiene, lamentablemente, una influencia pedagógica en el público! ¡Criminal! ¡Asesino del idioma! 
En fin... Justo estaba puesto el canal 12 mientras hacía cosas por la casa y, entre otras varias perlitas, una de las conductoras se refirió al catalán como un dialecto. El catalán un dialecto. Tomá pa'vos. Hay mucha impunidad en el desconocimiento y la ignorancia, es más: hay regodeo en la desinformación y la ignorancia. En general les parece muy divertido no saber nada. Y claro, no nos debe sorprender que después la gente salga por ahí a decir lo que sea que se les ocurra, como esa señora de Rivera que propone atarle piedras al cuello y tirar al río a todos los que apliquen la Propuesta Didáctica para el Abordaje de la Educación Sexual. No debería sorprendernos. Al fin y al cabo, personas que deberían ser referentes, que están en los medios para comunicar y enseñar, se permiten ser burras sin culpa y hasta como si fuera una cosa divertida. Dicen cualquier cosa sin dedicarle un mínimo pensamiento, cualquier divague, y se consideran  fenómenos. Como es obvio, uno de los mensajes que dan estos comunicadores es "Mirame: soy un burro y llegué aquí". Uf. Tengo una mañana indignada. Apagué la tele, claro. Aguante Vivaldi. (Y en vinilo, morite, que me lo regaló Alicia).

PD. Por las dudas de que lo estés pensando: una cosa es la libertad de expresión y otra cosa es la desinformación, la ignorancia, la burrez. Usemos lo del catalán como ejemplo, si bien no fue lo que pasó en la tele hace un rato: El catalán es un idioma, no un dialecto. Por más que invoques la libertad de expresión y tu derecho a decir lo que pase por tu cabeza y afirmes que es un dialecto, el catalán va a seguir siendo un idioma, pero, haciendo eso, vos te transformás en un irresponsable.

5 comentarios:

  1. «Mirame: soy un burro y llegué aquí»; esa creo que vendría a estar siendo lo que sería la clave del asunto.

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  2. Federico Roca: desde la lectura de tu texto, no me siento tan solo. Porque es lo que siento cuando percibo que nadie siente deseo de vomitar al escuchar, y leer, cómo los trabajadores de los medios asesinan, con tenacidad feroz, nuestro idioma: SOLEDAD.

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