Una versión
neoyorquina de "Seis, todos somos culpables", obra escrita por
Federico Roca, ganó el mes pasado los premios a mejor actriz, actor, director,
espectáculo y dramaturgia en el Festival Fuerza Fest de Nueva York. El premio
llega en este 2017, cuando se cumplen 20 años de su primer trabajo de
dramaturgia y se estrena "El sereno", película de Oscar Estévez
protagonizada por Gastón Pauls que contó con su trabajo como co-guionista.
Varias razones para que Voces conversara con uno de los dramaturgos uruguayos
más prolíficos de los últimos años.
Roca
es uno de los pocos dramaturgos que irrumpen en nuestra escena en el siglo XXI
que no tiene formación como actor, ni dirige sus obras. Sí tiene una sólida
formación en el ámbito de la música, a lo que llegó de forma accidental. “Yo en
realidad quería ser bailarín de ballet. Tenía una tía, Lía Kleiman, que fue
actriz de El Galpón, que nos llevaba a mí y a mi hermano a ver ballet, y en una
de esas vueltas del ballet algo me movió mucho, tenía tres o cuatro años, pero
llegué a casa y dije: ‘quiero ser bailarín’. Lo seguí diciendo, y cuando ya
tenía seis años, estaba viviendo en Durazno en aquel entonces, a mi padre no le
pareció bien que quisiera ser bailarín y me mandó a estudiar guitarra”. Roca
estudió guitarra por dos años y luego piano por décadas. Luego quiso ser
director de orquesta, y entonces estudió flauta traversa, violín y violoncelo
para conocer más instrumentos. También estudió canto, ya en Montevideo, y formó
parte del coro De Profundis con Cristina García Banegas, del Coro Universitario
con Francisco Simaldoni, y del coro Juventus con Dante Magnone.
Su
primer acercamiento al teatro es anecdótico: “con mi primo, Ramiro Perdomo,
desde chicos nos disfrazábamos y montábamos numeritos para la familia en las
fiestas familiares. En una época veraneábamos en Salinas y con Ramiro
montábamos numeritos y cobrábamos una entrada simbólica que después nos la
gastábamos en las maquinitas” Años después, de casualidad según afirma, “caí en
un taller de teatro a dar una mano para montar una canción y me quedé ayudando,
dando clases de cuestiones vinculadas a la voz. El taller lo dirigía una
docente de Arte escénico llamada Pilar De León, a quien le debo mucho de lo que
aprendí en arte escénico. Ahí estudiaba mi pareja, que además fue quien dirigió
mis primeras cosas, Ruben Silva. Eso es por los años 94, 95.”
Ahí hay un proceso de cuatro o
cinco años hasta que aparece tu primer texto estrenado
En
realidad el primero fue en el 97, no fue un texto mío pero sí un laburo de
dramaturgia porque hice una traducción y adaptación de Salomé de Oscar Wilde,
que dirigió Ruben en Puerto Luna. Y un día en un ensayo de Coro Universitario,
Simaldoni estaba trabajando solo con las mujeres y los hombres estábamos atrás
esperando que nos tocara, de repente me cae la idea de La danza de Terpsícore,
fue como una epifanía. Eso fue en el 98 y se estrenó en el 99 en El Circular,
esa sí fue mi primera obra. Agarré a Isadora Duncan y a (Vaslav) Nijinsky y los
fusioné, esto ocurrió en mi cabeza mientras estaba en el ensayo. A mí me
interesaba mucho el contraste porque Isadora Duncan inventó la danza moderna
bailando al son de la música menos moderna en su momento, y Nijinsky reinventó
el ballet con la música más moderna que se podía conocer en su tiempo. Y es una
cosa horrible, que se gana un premio pero es muy mala. Hace unos años la hizo
una gente con la que yo laburo mucho en Neuquén (Escénica TeaDanz Experimental)
que tienen una cabeza parecida a la mía, hicieron su versión y fue divino
porque era divina la puesta, pero yo escuchaba la letra y me quería matar. Y lo
siguiente fue Desterrados, que es un después de la Medea de Eurípides. Un
domingo en la feria de Tristán Narvaja me acerco a un puesto nuevo y veo que
tenía puñales antiguos, me paro frente a la mesa y me baja la obra, que es un
reencuentro de Medea y Jasón para saldar las cuentas muchos años después de la
Medea de Eurípides. Dirigió Ruben y los dos personajes protagónicos los
hicieron Alicia Dogliotti y Fernando Rodríguez Compare, que son mi familia
teatral, son mis papás, a ellos les molesta que diga esto pero son como mis
papás teatrales.
Con Fernando y Alicia seguiste
trabajando, Fernando dirigió La posteridad de las ratas en 2008.
Pablo
Robles había visto cosas mías y un día vino a pedirme que escribiera una obra,
yo le dije que si, hablamos con Fernando, y me dijo: “hagamos algo sobre Copi
(Raúl Damonte Botana, dramaturgo argentino)”. Yo piré de colores porque amo a
Copi. Tuve que leer todo de nuevo, leer biografías, videos, me llevó una
investigación de 6 o 7 meses para tener material como para juntarnos y que
Fernando largara a Pablo a improvisar y así yo encontrara en el laburo de los
tres ese promedio que me permitiera escribir un Copi para Pablo.
¿Esa fue la primera vez que
trabajaste así, creando a partir del trabajo en el escenario?
Si,
fue así, estuve mucho en los ensayos y en un momento desaparecí, le dije a
Fernando: “para mí ya está” y me tomé 4 o 5 meses y un día le caí con la obra.
Pero tuve que ver mucho a Pablo, preguntarle, hacerlo leer cosas de Copi.
Hay una ruptura con las cosas que
habías escrito antes
Si,
ahí empecé a escribir en serio, no reniego de lo anterior, fue parte del
proceso. Porque por ejemplo, Descaradas (2002) la escribí por encargo, me
pidieron que escribiera una obra que contara esta historia y la escribí. Y ya
es la tercera vez que la hacen y cada vez que la hacen agotan entradas. En la
Argentina va por la cuarta temporada. En Chile tiene el record de permanencia
de una obra en cartelera. En la Universidad donde se estudia teatro se estudia
como ejemplo de producción bien llevada adelante. Porque el director tenía un
grupete de actrices muy fuertes y otras que eran personalidades de la tele, y
esas iban cambiando, las tres actrices estaban siempre y a las otras las iba
cambiando y entonces renovaba público todo el tiempo. Cinco años y medio en
cartel, es la única vez que he hecho plata con el teatro.
Se han estrenado obras tuyas
en muchos lugares del exterior ¿Cómo se dan esos vínculos?
En los
últimos 6 o 7 años tengo obras todo el tiempo en algún lugar, siempre. Busco en
internet, le sigo las carreras a los directores y cuando alguien me interesa le
escribo, me comunico, y mando las obras. Y cuando pinta, pinta. Y es
interesante como me ha moldeado mi vínculo con Lucho Ramírez, que es un director
venezolano que ahora tenemos acá. Mujeres en oferta (2003), que es una obra que
va por la tercera temporada en Neuquén, la piden en las municipalidades de los
pueblos alrededor, el día de la mujer la hicieron en un montón de lugares. Y es
una obra que armé a pedido de Lucho, agarré un montón de monólogos que ya
tenía, el plan era hacer seis mujeres hechas por una sola actriz, y entonces le
pusimos Mujeres en oferta, seis por una. Y a Lucho le fue muy bien con esa obra
en Chile, ganó premios, también fue un éxito de público, las mujeres se
identifican mucho con esa obra.
Fuiste co-guionista de la
serie Charly en el aire (2009-2010) con Oscar Estévez, y del guión de la
película El Sereno (2017), dirigida por Estévez ¿Cómo surge ese vínculo?
Yo
era el dueño de La lupa libros, que la abrimos con quien era mi pareja en aquel
entonces, Gustavo Guarino, que es muy amigo de María Urruzola. Al poco tiempo
que abrimos la librería Urruzola tuvo que cerrar su revista Riesgo país y me
dice un día en la librería: “me quiero dedicar a escribir”, y yo le dije:
“escribamos juntos”. Y se nos ocurrió escribir una serie para televisión. Ni
María ni yo teníamos idea de lo que era aquello, nos pusimos a averiguar y
llegamos a Oscar Estévez, que ya había hecho Uruguayos campeones y otras cosas,
es el realizador audiovisual que más cosas ha hecho en este país. Nos colgamos
y escribimos Oscar, María y yo, una serie de perfil social. Ganamos todos los
premios que nos podíamos ganar con esa serie que era impracticable en realidad,
porque eran muchos personajes, muchas locaciones… Ganamos los Fondos
Concursables, los primeros fondos del ICAU y solo pudimos hacer el piloto del
primer capítulo, porque no había manera de ajustar la plata para hacer los 13
capítulos guionados. Pero fue una linda experiencia, Oscar y yo pegamos muy
buenas migas y seguimos laburando juntos. Escribimos Charly en el aire, que fue
algo que nos pidió Álvaro Armand Ugón. Y después nos llamaron de la productora
contenidos para escribir en Adicciones (2011).
Y después de eso viene Seis, todos
somos culpables (basada en los asesinatos impunes de seis mujeres trans en
nuestro país), que se estrena en 2014.
Si,
a partir de que matan a Daniel Zamudio (joven chileno homosexual asesinado en
2012 en Chile). Fue una cosa muy terrible, tuvo mucha prensa. Fernando
(Rodríguez Compare) había estado averiguando sobre el caso Laramie (análogo al
de Zamudio en los EE.UU.) y la obra famosa. Y la historia de Seis, dos años en
cartel, sala llena siempre, apoyo del público. Se estrenó en EE.UU., hecha por
un elenco latino de allá en un festival de teatro LGTBQ en Nueva York, y su
plan después de dejarla en cartel (la entrevista fue hecha antes de que la obra
obtuviera los premios antes mencionados). Yo cambié con esa obra. Me pasó que
entendí lo que es una empatía, que no es ponerse en los zapatos del otro sino
sentir con el corazón del otro, yo llegué a esa conclusión que me sirvió para
lo que vino después. Porque a mí Seis me metió en un viaje que todavía no
terminó.
Tal vez tu sombra y Día 16 (ambas
estrenadas en 2016) de alguna manera son consecuencia de Seis, ¿no?
Y
las dos de este año, La bondad de los extraños (en cartel) y El mar, que se
estrena en Octubre. Es un ciclo, en el que todo tiene que ver con todo, porque
para Seis tuve que investigar mucho, y tuve que enfrentarme a realidades muy
duras, y entender la homosexualidad y la transexualidad desde un lugar carente
de prejuicios para poderla escribir. Yo me di cuenta de que lo mejor de todo el
proceso de "Seis" fue liberarme de mis propios prejuicios. Después de
escribirla necesité escribir una historia donde los gays no sufrieran por ser
gays. Y tuve que tener mucho cuidado, porque me salía la cuestión camorrera
porque después de "Seis" me quedó una lectura muy feminista-antipatriarcal-socialista
(risas). No soy paranoico ni nada por el estilo pero todo el tiempo estoy
viendo cosas y corrigiendo a la gente, pero sobre todo corrigiéndome a mí. Una
amiga veterana de allá de Colonia, me dice: “yo soy machista en recuperación” y
yo le digo: “Todos somos machistas en recuperación”. Y bueno, escribí "Tal
vez tu sombra", que me dio mucho trabajo para que nada se pasara del justo
límite, porque ahí lo que importa es lo que sienten esas personas unas por
otras, no lo que ocurre con el mundo.
"Día 16" cayó en un
momento en que la denuncia de la situación de violencia hacia la mujer es muy
fuerte, pero es una línea de tu trabajo que viene desde hace tiempo.
Si,
hace años que estoy trabajando esto, en Descaradas ya estaba la temática de la
violencia hacia la mujer y la cuestión del patriarcado. En realidad a partir de
Seis yo me terminé dando cuenta que todas las cosas que sufrimos los gays en la
vida tienen que ver con el patriarcado, con el machismo, y con el capitalismo.
Entonces para mí fue natural pensar en que tenía que ir a las bases, que había
que defender a las mujeres. Y "Día 16" es un intento de mostrar la
realidad jodida que viven ellas, la trata de personas, la violencia
intra-familiar, el abuso en la infancia, la desprotección que tienen las
mujeres legalmente. Ahora se pone mucho hincapié en la denuncia pero no hay
nada que sostenga el después de la denuncia. Las tobilleras han ayudado pero no
son la solución. En el interior no hay, entonces sí, hay gente muy amable que
toma la denuncia, pero no hay nada que sostenga el después, y las mujeres
siguen quedando en pelotas hoy igual que antes. Y como te decía, hay quienes
dicen: “es una obra panfletaria”. Ya me lo habían dicho antes por "Seis".
Pero cuando pregunto por qué dicen que es panfletaria, en general no te saben
decir porque también es un clisé usar la palabra panfleto contra todo lo que de
alguna manera se opone al sistema. O te dicen: “solo plantea una mirada de las
cosas”. Y yo digo, disculpame ¿vos de qué lado te vas a poner? Porque acá
claramente hay una víctima ¿De qué lado lo tengo que ver? Yo no puedo
justificar al golpeador. Porque además la muerte es panfletaria, la muerte mató
y no deja otra opción, entonces no me jodas con que "Seis" o "Día
16" son panfletarias.
¿Sobre qué trata La bondad de los
extraños?
Cuando
estaba haciendo la investigación para "Seis" me encontré con un tema
que había leído en los 90 en una novela de Alice Walker, que es una escritora
negra muy preocupada por las cuestiones de género, y de racismo, que escribió
el libro en que se basó "El color púrpura" de Steven Spielberg. Ella
tiene un ciclo, y la novela que viene después se llama En posesión del secreto
de la alegría, donde toma a Tashi, uno de los personajes de El color Púrpura, y
lo desarrolla. Tashi es africana, y ahí me encontré, en aquel momento, con el
tema de la mutilación genital femenina. Investigando para "Seis" me
encontré con ese tema de vuelta y me enteré de una cosa terrible. Uno siempre
piensa que esa práctica ocurre en África, o en los lugares de Asia asociados al
islam, si bien no hay nada en el islam que diga que a las mujeres hay que
mutilarlas, pero me enteré, también gracias a Alice Walker pero después lo
busqué por otros lados, que los médicos ingleses que iban a ver los esclavos en
el siglo XIX veían a estas mujeres sin clítoris, sin labios menores, sin labios
mayores y las notaban tranquilas, calmas, entregadas a su destino, así que
pensaron que habían encontrado la cura de la histeria. Era una época en la que
los médicos diagnosticaban histeria con una facilidad pasmosa, porque cuando la
mujer jodía mucha era una "histérica". Y entonces sacaban clítoris y
sacaban labios mayores, sacaban labios menores y cuando no se conformaban
también sacaban útero y ovarios. Pero claro, rápidamente los ingleses se dieron
cuenta que haciendo esas cosas era más lo que complicaban que lo que
solucionaban y lo dejaron de hacer. Pero ya a esa altura la técnica había sido
importada desde EE.UU. donde se practicó hasta entrados los años setentas,
financiada en los centros médicos. Al final ya no era para curar la histeria,
era para que las nenas no se masturbaran. Si vos tenías una hija que se tocaba
mucho la llevabas al médico y le sacaba el clítoris. Y es una práctica que se
realizó mucho en el sur de EE.UU. y como de las cosas que les ocurren a las
mujeres no se habla, esta es de las cosas que saltaron recién en los años 90, y
Alice Walker lo mete en sus novelas. Y que pasó: se volvían locas esas mujeres,
caían en depresión, se volvían sicóticas, padecían de incontinencia sexual,
porque no sentían nada. En los 90 estas mujeres que fueron amputadas en las
décadas anteriores empezaron a hablar y yo conseguí testimonios. Hay una
institución en EE.UU. que está tratando de que estas mujeres cuenten lo que les
pasó, porque es una cuestión del patriarcado. Y cuando leo lo que ocurre a
nivel psiquiátrico con estas mujeres digo: “esta es Blanche DuBois”. Le pasó
todo esto, está completamente loca, está claramente deprimida, padeció de
incontinencia sexual y ella misma lo cuenta en Un tranvía llamado deseo. Y ahí
pensé ¿y si Tennessee Williams sabía más de Blanche DuBois de lo que contó en
la obra? Si lo pensás, no hay una sola mujer de Tennessee Williams que esté
feliz con su vida. Y en el caso de Blanche DuBois es clarísimo el diagnóstico.
Entonces lo que hago es reconstruir el pasado de Blanche, lo anterior a Un
tranvía llamado deseo y montar algo veinte años después, está el antes y el
después. Porque es importante que se sepa.
¿Y la otra obra para este año?
Se
llama El mar. Investigando para Seis, también, me encontré con un movimiento de
desobediencia civil en Israel, llevado adelante por mujeres israelíes que
cruzaban clandestinamente a mujeres palestinas y las llevaban a conocer el mar.
Porque con el tema de la prohibición de circular que hay en Israel, para los
palestinos porque los israelíes sí pueden circular, hay un par de generaciones
de palestinos que no pudieron conocer el mar. Entonces una vieja israelí que ya no
tenía nada que perder subió a unas palestinas al auto, les hizo sacar los pañuelos,
y pasó por los puestos de control. Los guardias miraron para adentro del auto y vieron un
montón de mujeres en el auto, todas iguales, y las dejaron pasar, porque pensaron que eran israelíes todas. Después otras
mujeres se sumaron a esta iniciativa hasta que las descubrieron, se pusieron
más estrictos en los controles y metieron a las israelíes presas. Pero
estuvieron meses tratando de definir de que acusarlas, porque no habían hecho
nada, simplemente habían pasado a mujeres palestinas a la playa y habían vuelto
con ellas. Y me dije “mirá esto, las mujeres cuando se organizan en la
igualdad”. Y me propuse escribir sobre mujeres de contextos culturales
diferentes que se unen por las cosas que las hacen iguales. Entonces es una
abuela palestina con su nieta, que está en silla de ruedas porque tiene parálisis
cerebral, y la nieta quiere conocer el mar. Y va a lo de una abogada israelí
que es una de las que está defendiendo a las presas a pedirle ayuda para llevar
a su nieta al mar. Hay varios bombardeos, nunca se sabe de donde son esas
bombas, y estas mujeres se ven forzadas a pasar la noche juntas en la casa de
la judía, rodeadas por la guerra. Es una obra sobre el amor, el conflicto está
afuera. Me doy el gusto de meter algunos rituales de las dos religiones que son
divinos, hacen reflexiones juntas… Tiene un sello muy Roca, hay muchos
monólogos, hay escapadas de la realidad, metí una cuestión muy de las
musulmanas del tema de contar historias. Y escribir El mar también me llevó a
una investigación, vi muchos documentales sobre la realidad palestina y aprendí
una diferencia, una cosa es ser judío y otra cosa es el estado de Israel, yo no
sabía eso, lo supe ahora para esta investigación. Cada vez son más los judíos
que no están de acuerdo con la política del estado de Israel.
Estás planificando el año que viene
decías
Quiero
seguir explorando la línea de Tal vez tu sombra, estoy trabajando en eso.
También estamos con Alicia en un proyecto que sería poner todas juntas las
obras de un autor inglés, en simultáneo, estamos leyendo todo y viendo con que
nos quedamos de cada una de las obras. Tengo otro proyecto con Fernando
Rodríguez Compare tocando el tema de género y transexualidad desde un lugar un
poco más amable, para nosotros al menos, porque quedamos muy agotados con Seis.
Tengo varias cosas.
Aquí el enlace a la página de "Voces del Frente": http://semanariovoces.com/con-federico-roca/
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